Recorrido de unos 11 Kms., del que destaca su paso por el Pantanet, el castaño de indias de la finca de la Administración y la ermita de Catí.
La senda surge a la izquierda, según el sentido de circulación que llevamos por la carretera hacia Catí y Rabosa.
La senda está señalizada con marcas de sendero de pequeño recorrido y desciende hacia la rambla que se dirige al Pantanet (rambla de la Gurrama).
La senda cruza un tramo de pared de roca y sigue hasta alcanzar la rambla, que seguimos hacia la derecha para adentrarnos en el Pantanet.
Dentro del Pantanet, caminamos entre sus paredes hasta alcanzar la pared donde se encuentra la conocida cueva de la Figa.
Visitamos la cueva y continuamos el recorrido, que sigue subiendo junto a la pared, a la izquierda de la acequia. Seguimos las indicaciones de las marcas de pequeño recorrido.
Superada la subida junto a la pared del Pantanet, continuamos por la senda que discurre dirección a la carretera que se dirige a Catí.
Cruzamos la carretera y seguimos recto, adentrándonos ya en la rambla del Badallet, en cuyo inicio se encuentra un abrevadero de agua.
La senda discurre en su primer tramo, aproximadamente hasta donde se inicia una subida algo pronunciada y que finaliza en los restos de la casa del Badallet , en paralelo a la acequia.
La senda discurre por el interior de la rambla, abandonándola en varios puntos para regresar de nuevo a ella hasta su fin. Sólo hay que prestar atención en algunos de estos puntos a la señalización (marcas del sendero e hitos de piedra).
Una vez abandonamos la rambla continuamos por la senda. La primera bifurcación que encontramos es la que se muestra en la fotografía siguiente. En ella se encuentra una especie de glorieta hecha de piedras. Continuamos recto.
Desde este punto caminamos por un camino que alcanza la finca de la administración. Antes, pasamos y visitamos el famoso castaño de indias.
Subimos la cuestecilla que conduce a la finca de la administración y ya en su loma, seguimos por el camino que sigue hacia la derecha.
Pasamos junto a los restos del pozo de nieve, que encontramos a la derecha y seguimos ascendiendo por la senda hasta alcanzar un camino, que cruzamos y seguimos de frente para llegar a la ermita de Catí.
En la ermita procedemos a habituallarnos y disfrutar del lugar durante un rato.
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| Vistas de la Foradá desde la ermita de Catí. |
Finalizado el almuerzo continuamos por el camino que surge a la derecha de la esquina de la ermita, por el lado que hemos accedido a ella, el cual realiza un tramo de subida.
El camino alcanza un llano donde encontramos un cruce. Aquí seguimos recto en la dirección que llevábamos, adentrándonos en una senda que discurre sobre el valle del Calafate, que vamos viendo a nuestra izquierda.
La senda alcanza un nuevo cruce, poco antes de volver al camino que pasa bajo de la ermita y que hemos cruzado para acceder a ella. Aquí continuamos por una senda hacia la izquierda, señalizada con un hito de madera de los utilizados en las rutas del hotel de Catí, con el color rojo y negro.
Seguimos caminando en paralelo al camino y al Valle del Calafate.
Un poco después de rebasar una caseta de vigilancia forestal, encontramos una especie de escalón de piedra que, por la derecha, nos sube al camino, por el cual seguimos hacia la izquierda y que está señalizado con marcas de sendero de pequeño recorrido.
El camino alcanza un ensanche en una curva, desde la cual, comienza a descender. De frente, continúa una senda, también señalizada con marcas de sendero de pequeño recorrido y por la que seguimos.
Continuamos por esta senda, que enseguida comienza a descender hasta llegar a la carretera de Catí. A la derecha iremos viendo el inicio de la rambla del Badallet.
Continuamos la carretera durante un tramo, hacia la izquierda, pasando por el cruce que se dirige a Rabosa y llegando al lugar de inicio y fin de la ruta.
