Nueva ruta al Alt de Guisop desde el Xorret de Catí.
La
ruta de hoy, de unos 7,4 Kms., comienza en el hotel Xorret de Catí.
Desde allí Juanmi y yo, nos dirigimos al Alt de Guisop y a la cueva
de Mossen Francés, desde dondo descendimos al lugar de inicio y fin
de la misma.
Comenzamos
en el parking del hotel y nos dirigimos a la derecha por asfalto.
Llegamos
a la confluencia con la carretera que se dirige a Castalla por la
parte de atrás del hotel y la cruzamos para introducirnos por el
camino de la izquierda. Un panel indicador nos informa que nos
adentramos en el PR-CV 31 que se dirige al Alt de Guisop y por el que
caminaremos por la mayor parte de la ruta.
No
lo abandonaremos y por él nos acompañarán marcas indicadoras del
sendero de pequeño recorrido antes mencionado.
En
el punto que muestra la siguiente fotografía, una marca cruzada, nos
indica que el camino no sigue hacia nuestra izquierda, dirección a
una vivienda. Casi de frente a nosotros, otro panel indicativo con la
denominación del sendero, nos indica que continúa en esa dirección.
El camino comienza enseguida a ascender y en el primer cruce que encontramos, continuamos hacia la izquierda.
Continuamos
ascendiendo por el camino sin abandonarlo.
Poco
después, encontramos la entrada de una senda que se dirige a la
derecha. Decidimos adentrarnos un poco por ella para ver hacia donde
se dirige y, de paso, disfrutar del paisaje que intuimos, debe ser
precioso.
Una
vez nos adentramos en ella, comprobamos lo intuido acerca de las
vistas que se nos ofrecen, que son estupendas. Destaca la completa
visión de la sierra del Cid, de la Foradá y de los Rasos de Catí.
Por
la dirección que lleva la senda, deducimos que debe dirigirse al Alt
de Guisop, objetivo principal de esta ruta, o a un punto cercano a
este. Como la
senda resulta novedosa para ambos, pero nos parece muy atractiva, decidimos seguirla y modificar el itinerario previsto en
primera instancia.
Nos indicarán el camino unos hitos de piedra.
Comenzamos
a ascender y, en principio, el ascenso es relativamente suave, pero
conforme avanzamos, comienza a ser más pronunciado.
Durante
el trayecto de subida, las vistas que nos acompañan por la derecha,
son muy bonitas y, según la meteorología del día, se llega a ver
el mar.
El trazado de la senda es visible y fácil de seguir, hasta que se llega a una zona rocosa donde, por la orografía propia del terreno, se pierde, incluso llega a generar dudas por la proximidad de otras posibles sendas. Además, se echan en falta hitos de piedra que nos ayuden a continuar. Por ello, voy a tratar de explicar lo mejor posible el itinerario a seguir, amén de que, en una futura ocasión en la que volvamos a recorrer esta senda, nos dediquemos a reforzar la señalización de la misma, puesto que nos tocó emplearnos para conseguir continuar el recorrido establecido.
El trazado de la senda es visible y fácil de seguir, hasta que se llega a una zona rocosa donde, por la orografía propia del terreno, se pierde, incluso llega a generar dudas por la proximidad de otras posibles sendas. Además, se echan en falta hitos de piedra que nos ayuden a continuar. Por ello, voy a tratar de explicar lo mejor posible el itinerario a seguir, amén de que, en una futura ocasión en la que volvamos a recorrer esta senda, nos dediquemos a reforzar la señalización de la misma, puesto que nos tocó emplearnos para conseguir continuar el recorrido establecido.
Como
muestra la siguiente fotografía, la senda se dirige a una pequeña
atalaya de roca, que bordea por la izquierda, continuando su trazado
de modo perfectamente visible y señalizado hasta que alcanza la
cresta rocosa que se aprecia a continuación de la atalaya.
Un
poco más adelante, surge una bifurcación, donde el trazado de la
senda desciende. Justo en ese punto, debemos dirigirnos hacia la
roca, casi de frente y en leve ascenso para localizar el hito de
piedras que muestra la siguiente imagen y que remodelamos un poco
para que fuera así de visible, porque apenas se apreciaba.
Aquí hacemos una pequeña trepa y apreciamos otro pequeño hito de piedras que nos confirma que seguimos el trayecto correcto.
Desde arriba, ya en la zona de la cresta rocosa, tomamos la siguiente imagen, contrapuesta a la anterior, para que se aprecie el recorrido de la senda y se comprenda lo anteriormente expuesto.
Aquí hacemos una pequeña trepa y apreciamos otro pequeño hito de piedras que nos confirma que seguimos el trayecto correcto.
Desde arriba, ya en la zona de la cresta rocosa, tomamos la siguiente imagen, contrapuesta a la anterior, para que se aprecie el recorrido de la senda y se comprenda lo anteriormente expuesto.
Otro
hito de piedras nos indica el camino a seguir por la zona rocosa.
Unos
pocos metros antes de la cumbre, alcanzamos una senda que, a la
izquierda desciende y, a la derecha, nos conduce a la cumbre del Alt
de Guisop, donde almorzamos.
Desde
la cumbre, tenemos unas magníficas vistas del Maigmó. Al fondo,
esta vez, con brillos en color amarillo, el mar.
Después
de almorzar, seguimos la senda por la que hemos accedido, en el mismo
sentido, para comenzar un ligero ascenso, donde llegamos a una zona
amplia, conocida como el alto de Pedro Payá.
Al
final del ensanche, nos dirigimos a la izquierda, continuando por una
bajada pronunciada, que nos conduce a un camino.
Alcanzamos
el camino y seguimos hacia la izquierda.
Rebasamos
a la izquierda el inicio de un camino y, a pocos metros, nos
adentramos en una senda que surge a la derecha.
A
continuación, la senda bifurca y, aunque ambos ramales conducen al
mismo lado, continuamos por el de la derecha porque es más bonito.
Esta senda nos devuelve de nuevo al camino que hemos dejado, señalizado (al igual que la senda) con marcas de sendero de pequeño recorrido, concretamente, el que llevamos desde el inicio de la ruta PR-CV 31.
Esta senda nos devuelve de nuevo al camino que hemos dejado, señalizado (al igual que la senda) con marcas de sendero de pequeño recorrido, concretamente, el que llevamos desde el inicio de la ruta PR-CV 31.
Un
poco más adelante encontramos un ensanche con una nueva bifurcación,
donde dejamos de nuevo el camino y nos adentramos por la izquierda a
otro menos amplio, que un poco más adelante pasa a convertirse en
senda.
Esta
senda nos conduce a unos bancales, que bordea por la izquierda, para
alcanzar un camino, por el cual seguimos hacia la izquierda en
ascenso, siguiendo el mismo sendero de pequeño recorrido.
Finalizada la subida, llegamos al punto que se muestra a continuación, donde nos adentramos a una senda por la izquierda, dejando el camino que llevamos. Aquí debemos estar pendientes de la señalización. En el camino encontramos las marcas cruzadas, que nos dicen que el recorrido no continúa por allí. En la senda, vemos las marcas que sí que nos corroboran la continuación del sendero.
Alcanzamos
otro bancal que bordeamos.
Al
final de este, existen dos opciones que conducen igualmente a la
cueva de Mossen Francés, una señalizada y otra al final del bancal,
sin señalizar. Nosotros escogemos la segunda opción, aunque ambas
confluyen y siguen el mismo itinerario.
Tras
visitar la cueva, nos volvemos hasta el panel indicador del sendero,
para continuar la ruta en dirección al Xorret de Catí.
La
bajada, sobre todo al principio, es pronunciada.
La senda nos conduce a un camino ubicado a la espalda de una casa de campo. Continuamos hacia la izquierda en sentido descendente y siguiendo las marcas indicadoras del sendero.
Un
poco más abajo alcanzamos la carretera que se dirige a Castalla por
la parte de atrás del hotel. La seguimos en el sentido de la marcha
que llevamos hasta llegar al lugar de inicio y fin de la ruta de hoy.